Repito el título: Tu Estado Determina tu Futuro.
¿Qué quiere decir esto?
Más que explicártelo, te voy a poner un ejemplo.
Imagina que tienes un comercio, una tienda de ropa, pongamos por caso. Hoy te has levantado desanimada porque has revisado las cuentas y no salen bien. Además, ayer una persona te devolvió un traje muy caro, y con un desperfecto, con lo que no podrás venderlo. En casa, tus hijos han tirado el desayuno por el suelo y tu marido se ha ido pronto porque tenía una reunión, así que no ha podido llevarlos al colegio, con lo que has llegado tarde a abrir.
¿Cómo crees que esta mujer estaría? ¿Qué estado tendrá? No muy bueno…
Imagínate entonces que llega un comerciante vecino que vende zapatos y le habla de una colaboración. Seguramente, con el estado que ella tiene en este momento, no verá ninguna oportunidad, ni tendrá ganas de investigar si hay posibilidades de negocio… porque lo único que querría es, como mucho, meterse a la cama y dormir.
Quizá esto es exagerado, pero realmente la toma de decisiones es un momento tan importante, que tienes que vigilar extremadamente cómo estás cuando llega el instante de tomarlas.
Y si eres un profesional, o tienes un negocio, tienes que dominar tu estado mental y emocional. Y en caso de que cambie o baje a un nivel que no puedes permitirte si lo que deseas es tener éxito, tener las herramientas para poder subirlo al nivel correcto.
Hay tres formas al alcance de todo el mundo, como explico en el vídeo que podrás ver en la parte inferior, y que te van a cambiar el estado aunque no quieras.
Vamos a por ellas. Se trata de que además de leerlas, las pongas en práctica.
Primer paso: Cambia tu Fisiología.
Haz una prueba. Piensa en algo que deprima y mírate en el espejo. ¿Cómo estás? ¿hombros caídos? ¿ojos tristes?…
Piensa ahora en algo que te emocione, que sepas que te encanta… Y mírate en el espejo…
¿Ves? el poder está en ti. Tu eres quien puede cambiar el estado de tu cuerpo. Y al cambiar tu estado físico, te aseguro que cambiarás el mental y emocional.
¿Cómo hacerlo?: baila, canta, muévete, date una ducha, salta, ríete… y aunque no quieras, o pienses que no puedes, en realidad, si que puedes, solo que a veces, no queremos. Estamos más cómodos lamentándonos de no tener dinero, de no tener trabajo, de … ¡SAL DE ESE ESTADO! ponte música y verás cómo comienzas a cambiar.
Segundo paso: Cambia tu Foco.
¿En qué te enfocas, en los problemas o en las soluciones?
Si te enfocas en los problemas, te vuelves pequeño… y además no ves más que problemas. Levantas un muro a tu alrededor, y de ahí, no sales.
Si te enfocas en las soluciones, el muro que te rodea, comienza a tener huecos por donde puedes ver el horizonte, y tal vez encuentres una escalera, o una persona que te ayude a saltar el muro. Empiezas a ver oportunidades y el muro acaba derrumbándose.
Tercer paso: Cambia tu lenguaje
«Voy a intentar vender mis servicios» he escuchado… que sepas que intentar no es conseguir, y que si te enfocas en «intentar algo» es porque estás dudoso, si dudas… ¿crees que lo vas a conseguir?
La frase correcta sería: «Vendo mis servicios» ¿a que suena distinto? ¿A que parece que se va a cumplir?
Otra palabra horrible que usamos mucho sin ser conscientes es la palabra «pero».
He tenido un gran día de ventas, pero mañana igual no vendo nada…
¡Qué triste te quedas ante esto! ¿Eres consciente de cuántas veces dices la palabra pero en tus frases, eliminando el valor de la primera que dices?
Cuida mucho cómo te expresas, qué dices de ti, de los demás, no te quites importancia. Si dicen que haces bien algo, da las gracias, no te infravalores.
Ahora que ya sabes los tres pasos que vas a aplicar a partir de ahora…, cuando sientas que no estás como debes, incluso puedes hacer un gesto asociado a cambiar el estado, por ejemplo, dar palmas, o darte una ducha fría, o ponerte una determinada canción que puedas llevar en el móvil… lo que sea, que haga que pases de 0 a 100 en 2 segundos!.
¡Hasta pronto!