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Cómo crear una historia que inspire a los demás (7 pasos prácticos)

Bien lo has escuchado de los expertos. 

Las historias inspiran a los demás a sentirse identificados contigo, y a confiar en ti.

Pero, ¿Qué pasa cuando no sabes contar bien tu historia? Lo peor: Te ignorarán y probablemente nunca tendrás el impacto que deseas.

Las historias, o el renombrado storytelling, han permitido que cientos de emprendimientos y negocios en todo el mundo, ganen tracción y alcancen las metas que siempre desearon.

Esta es la gran diferencia entre una idea de negocios mediocre, y un negocio con cientos de miles de Euros en facturación: Su historia.

Pero no hablo de cualquier historia.

Como creador, debes conocer la verdadera clave detrás una historia contundente. De las que golpean en la cara y cambian vidas. Las mismas que te hacen cuestionar de dónde vienes y hacia dónde vas. Esa es tu misión.

Para lograr construir un discurso de este tipo debes tener en mente las características esenciales de una historia ganadora (más adelante las descubrirás).  

Una vez aprendas a construir tu historia, el impacto que generarás sobre los demás será notable.

Te lo digo por experiencia. Saber contar historias y hablar en público me ha permitido conectar con miles de emprendedores en todo el mundo.

Tú también lo puedes hacer.

Si quieres solucionar este problema (crear historias realmente inspiradoras), debes entender que las buenas historias son las que resuenan con tu audiencia y las que les permite sentirse identificados contigo.

Pero muchas veces, por descuido, se te pueden escapar algunas claves. Este es el verdadero reto: no dejar cabos sueltos.

Por ello, en este artículo, descubrirás cómo las historias cambian vidas, y aprenderás los 7 pasos esenciales para crear una historia que te permita inspirar a los demás, ¿y por qué no? Dejar una huella en el mundo.

Pero primero, veamos qué hace que una historia sea realmente apasionante. 

Seguramente has leído muchas historias. Pero son muy pocas las que realmente te han marcado.

Piénsalo por un segundo. ¿Cuáles son los verdaderos intereses de tu audiencia? En la mayoría de los casos, sus intereses no coinciden con los tuyos.

Por esto, debes tener mucho cuidado al crear tu historia. Me he topado con este problema al crear mi historia, y al ayudar a mis estudiantes a desarrollar la suya.

Una historia inspiradora tiene:

  • Conflictos que se interpusieron entre ti y tu meta
  • Un discurso que demuestra que amas lo que haces.
  • Está adaptada 100% a tu audiencia
  • Representa (sensorialmente) tus experiencias, para que puedan entenderla.
  • Claridad para ser entendida
  • Un argumento que la resuma
  • Respeto por quienes la escuchan (no denigra de los demás)
  • Datos y hechos que la sustenten
  • Tensión antes de un desenlace
  • Muestras de los beneficios que tu público podrá obtener del aprendizaje de tu historia

Una historia inspiradora demuestra cómo has pasado por una transformación.

Describe cómo puedes llegar del punto A, hasta el punto B. Por esto, una buena historia demuestra cómo ha sido tu viaje, y cómo los demás pueden experimentarlo.

Puedes estar desconcertado; y no saber por dónde empezar.

A todos nos ocurre al principio.

Aun así, te puedes liberar de tus dudas si sigues un método comprobado que te dé mejores resultados al crear una historia efectiva.

Una recomendación personal: Si quieres crear una historia que resuene con tu audiencia, y los inspire a tomar una acción, deberás seguir los siguientes pasos.

La mente humana es apasionante. Una vez la conoces, puedes tomar decisiones más efectivas cuando se trata de tu negocio y las ventas.

El paso 0, que en realidad es el preámbulo a los verdaderos pasos, resume tu misión al contar una historia.

Es de vital importancia que internalices esto: Tienes la obligación de captar la atención y sembrar curiosidad en tu audiencia. Debes hacer que tus interlocutores sientan la necesidad de escucharte.

Es por esto que debes cambiar el estado de tu audiencia desde la apatía, hacia un total y absoluto interés.

Antes de empezar a contar tu historia, debes captarlos con preguntas, creando curiosidad y expectativa en sus mentes.

Date cuenta, ¿Alguna vez has escuchado una historia o un cuento, mientras el narrador habla con una voz profunda para que te fijes en él? Seguramente ahí estabas, atento y expectante. Inclinándote un poco hacia adelante para captar todos los detalles de la historia.

Exactamente a esto me refiero. Cuando vas a contar tu historia, debes causar esta misma impresión –de curiosidad y expectativa-, para que te escuchen de principio a fin.

Este paso es clave. Tu público debe tener un nexo directo con lo que estás a punto de contar. Deben identificarse con tu historia.

Existen algunas afirmaciones que pueden ayudarte a que tu público se identifique contigo y tu historia. Esto lo puedes lograr a través de preguntas, relativamente generales, que crean empatía en tu audiencia.

Tienes la misión de crear un vínculo único, con el que tu audiencia se abra a escucharte.

Cuando haces esto, la actitud de los demás hacia ti cambia. Porque ellos sienten que realmente los entiendes. Todo gracias a las situaciones que puedes describir.

Por ejemplo, preguntas como;

  • “¿Alguna vez de pequeño habéis querido ser un superhéroe y poder cambiarlo todo?”
  • “¿Alguna vez habéis estado haciendo algo y a mitad de tarea habéis pensado: Pero ¿qué hago yo aquí?“
  • “¿Alguna vez habéis querido aprender algo y has pensado que era lo más difícil que habías hecho nunca?“

Estas interrogantes, sin dudas, harán que tus oyentes se pongan en tus zapatos.

El fin de este paso, es, además de crear empatía, crear confianza. Las experiencias propias son ideales para lograr este efecto en tu historia.

Tu historia está obligada a estimular los sentidos de tu audiencia.

Date cuenta. No es lo mismo decir que fallaste tu examen de conducción porque tu coche se averió, a decir algo de esta manera:

“Si hubieras estado a mi lado, habrías visto al profesor de autoescuela detrás de mí, con cara de circunstancia. En el asiento del copiloto, a la examinadora, que miraba la situación con una mueca de reprobación.

El ruido de los motores de mi coche tratando de arrancar y para colmo chafados con un olor de humo bastante desagradable y el bamboleo del coche al intentar arrancar una y otra vez…

Por no decir que probablemente te sentirías muy incómodo por los improperios que le estaría soltando al coche por haberse estropeado en mitad de mi examen del carnet de conducir.”

Obviamente, la historia con más detalles -que apelan a los sentidos-, es una historia mucho más interesante.

Para lograr esto, y describir una escena, te recomiendo usar el método VAKO, que significa:

  • V: Visual: Hubieras visto.
  • A: Auditivo: Hubieras escuchado.
  • K: Kinestésico: Hubieras sentido, te sentirías.
  • O: Olfativo: Hubieras olido.

Mi recomendación sincera es que estimules la imaginación de tu audiencia con este método. Haciéndolos visualizar escenas, escuchar sonidos, olfatear, y recordarles sentimientos y sensaciones, podrás hacerlos imaginar.

Una historia sin personajes es una historia estéril.

Por ello, debéis tener en tu historia un par de personas que han significado un punto de inflexión en tu vida.

Un mentor, un maestro, un experto, o un gurú, por ejemplo, pueden ser figuras de autoridad que te ayudaron a aprender una lección en cierto punto. Este testimonio lo podrás compartir con tu audiencia.

Te ayudará mucho decir cosas como “Y en ese momento recordé la frase que leí en el libro de…”, o, “y en ese momento me acordé cuando mi padre me dijo…”.

Estas figuras le dan contundencia a tu relato.

Por otro lado, un antagonista o enemigo, le dará más riqueza a tu historia.

Siempre has tenido cosas en contra. No es necesario que sea un archienemigo, como The Joker lo es de Batman. Pero si puede ser un banco o una institución, o incluso un movimiento. Algo que represente los antivalores que tú adversas.

Imagina una historia donde sólo tú seas el protagonista. Mmm… No es tan convincente.

Por ello, recuerda que no estás solo, y que debes usar personajes en beneficio de tu historia. La autoridad y el poder te ayudarán, y el drama podrá enriquecer tu historia.

Amamos las historias. Pero no cualquier tipo de historia.

Si describes un gran reto que has enfrentado, y además explicas el conflicto que representa, tendrás las de ganar al crear tu historia.

Es decir, debes explicar cuál es el principal conflicto que resuelve tu historia. Existen dos tipos de desafíos que debes exponer:

  • El desafío interno: Que explica el conflicto personal que se te presenta en tu historia. A un nivel abstracto, este desafío es espiritual o psicológico. Por ejemplo, “tenía que sacrificar mis sueños para lograrlo”.
  • El desafío externo: Es el que describe tu situación y los elementos externos que influyen en esta. Por ejemplo, “perdería todos mis ahorros si no actuaba en el momento adecuado”.

Asimismo, cuando creas tu historia, puedes usar una herramienta que utilizan los escritores de ficción: El arquetipo del “héroe reacio”.

Este describe cuando una persona ordinaria se encuentra retos fuera de lo común y los supera con las herramientas que tiene disponibles. Pero más detalles de esto a continuación.

Después de plantear el desafío, llegarás a la cumbre; a la resolución.

En este punto debes revelar y dar a conocer la resolución del desafío. Esto lo lograrás poniéndolo en voz de otra persona.

Es decir, explicarás lo que realmente sucedió en palabras sencillas, por qué el conflicto ocurrió, y qué te llevó a conseguir las posibles soluciones que te habías planteado. 

En este punto es buena idea narrar la moraleja, y lo que habéis aprendido durante el viaje hasta llegar a este punto donde se desenlaza la historia.

Luego de esto, tendrás que describir qué ha ocurrido después de todo este enredo.

Por ejemplo, una de las cosas que más llama la atención de los anuncios para bajar de peso, es el antes y el después que muestran. Es el cambio, la gran transformación.

Por esto, en tu historia debes decir qué acciones has tomado para solucionar el problema que se te presentó.

Además, debéis explicar qué fue eso que te dijeron, o eso que sucedió, que te ayudó a encontrar la solución. Debes contarlo, en detalle, para luego explicar cuáles resultados obtuviste.

Este último paso es el cierre de la historia. El punto final donde darás una lección a tu audiencia. Donde dejarás tu mensaje; una semilla que les servirá en el futuro.

Es la gran conclusión de tu historia. En inglés le llaman The Big Takeaway; qué es lo que quieres que se quede en la mente de tu audiencia.

Puede ser la frase que te dijeron, el momento especial, o la estrategia con la que obtuviste la solución a tu problema.

Debes repetirla de nuevo, y dejar una semilla de utilidad, que le servirá a tu audiencia. Porque recuerda que la clave real de vender, es servir. Es el impacto que quieres dejar en la gente.

No tienes que recordarles que le enseñarás algo, o que darás una lección.

Debes dar valor con la moraleja que planteas. La clave: El verdadero mensaje detrás de tu historia.

Ahora que conoces los pasos para crear una historia inspiradora, podrás mejorarla con los siguientes trucos.

Si crees que tu historia no es lo suficientemente potente, podrías contar la historia de otra persona que no está, pero que te inspiró. También puedes hacer una combinación de tu historia con la de otros.

Por ejemplo; “Por esto, yo estoy aquí para que ese mensaje no se pierda, para transmitir todo lo que me han enseñado…”.

Asimismo, además de ser real y verdadera, tu historia tiene que cumplir 2 requisitos fundamentales.

  • Debe posicionarte como un experto: ¿Cómo se crea a un experto? Por inspiración o desesperación. Un experto se genera a raíz de algo que le ha pasado; bueno o malo.
  • Debe ser formativa y educativa: Recuérdalo, quien tiene que enseñar algo es tu historia y su moraleja; no tú.

1. La vulnerabilidad: Si no te haces vulnerable no te haces poderoso. Si eres vulnerable a la gente le va a llegar tu mensaje; y eso hace que la parte más potente de ti se muestre. Tu humanidad.

2. Levanta preguntas en tu audiencia que no se puedan contestar en el momento: De esta manera permites que el interés de las personas se mantenga hasta que contestes la pregunta. El interés se motiva por las preguntas sin responder. Y aunque algunas interrogantes queden sin responder, la mayoría las resolverás a lo largo de la narración de tu historia.

3. Diálogos: Los diálogos son la técnica de narración más potente. Además de situarte en el presente, hacen que la historia se siga con más facilidad, entretenga y tenga más sentido.

4. Construye la escena antes de empezar la historia: No des por hecho que tu audiencia tiene la capacidad de imaginar el contexto de tu historia. Describe con todo lujo de talles todo lo que había en escena. Estimula los sentidos para hacerlos volar.

5. Hay que liberar historias: Nunca cuentes una historia de golpe y porrazo. Las historias son más interesantes cuando se van dosificando (liberando de ti), e incluso cuando vas dejándola salir poco a poco. Esto crea expectativa.

Crear una historia que cautive a tu audiencia es un gran reto si no conoces los rudimentos. Fracasarás en cierto punto, pero lo superarás si pones de tu parte.

Pero no debes temer.

Una buena historia te permitirá que posiciones tus ideas sobre las de los demás. Te permitirá dar a conocer tus conocimientos, además de demostrar el control que tienes sobre tu historia de vida.

El miedo es normal. Pero tus deseos de ganar y lograr lo que has deseado (como influencia, dominio y poder), podrás realizarlos si te conoces a ti mismo de verdad.

La buena noticia es que con lo que has aprendido en este artículo, el trabajo y el esfuerzo para crear una historia serán menos.

Además que lograrás que confíen en ti y en tu sinceridad como emprendedor.

Trata de simplificar las cosas, para que te entiendan. Pero date el lujo de divagar un poco.

Da una voz a los personajes de tu historia. Porque odiamos las historias grises. El carácter, tuyo y de otros personajes, enriquecerá tu historia.

Aun así, siguiendo estos pasos podrás diferenciarte y responder por qué tu historia es importante, y no otra. ¿Cuál es tu gran ventaja competitiva?

No tengáis miedo: La clave está en conocerte a ti mismo y a tu negocio. Debes dar lo mejor de ti para hacer una historia interesante, entretenida y apasionante.

Y nunca olvidar la simplicidad. Porque lo simple es lo que realmente cambia el mundo.